1899-1974-Guatamala |
El Señor Presidente tiene lugar en una ciudad sin nombre, que podría ser situado en cualquiera parte de América Sur. Hay la Plaza de Armas y el Portal de Señor, donde duermen las personas sin hogar. Hay el bazar de los turcos, el Callejón de Judío, y el Callejón del Rey, “el preferido de los jugadores”. Hay una escuela de párvulos, un matadero (¿Echevarría, alguien?), el cuartel de ejército y “los suburbios, donde la ciudad sala allá fuera”. Estéticamente esta ciudad es perfectamente normal, hasta pintoresca; pero hay un sentimiento intranquilo, como si está embrujado, o silencioso.
A prima vista, la gente de la ciudad parecen que ser habitantes ordinarios, siguiendo con sus vidas: Cónyuges se pelean el uno a la otra, el panadero reparte el pan, y todos en el barrio están invitados al bautizo del bebé nuevo. Pero nadie habla de los cárceles atestados, que están llenos de los testigos de crimines que necesitan que cambiar sus cuentos, hombres que han sido declarado culpables de traición. Fuera, sus mujeres descalzas “se contaban sus penas en voz baja”.
Es una ciudad donde unos son “obligados a trabajar para ganarse el pan, y otros con lo superfluo en la privilegiada industria del ocio: amigos de Señor Presidente, propietarios de casas”.
Mucho así en Alemania Oriental o en Big Brother por George Orwell, esta comunidad tiene por todas partes una Policía Secreta: Una organización de paisanos, cuyo trabajo es espiar a sus vecinos y realizar asesinatos por contracto en nombre del Presidente. Es una posición moralmente reprensible, pero una que paga dinero en una época con un desempleo alto; por lo tanto es un empleo codiciado.
Lucio Vásquez, o “Sucio Bascas”, “al que le dicen Teriopelo” es un miembro de la Policía Secreta. Es un borracho; frecuenta muchos de los barros de la ciudad, donde cuenta los secretos del estado a sus amigos. “La voz de Vásquez era desagradable, hablaba como mujer con una vocecita tierna, atiplada, falsa” . A pesar de su voz femenina, es un depredador sexual, que constantemente hostiga la fondera de la Masacuate. Participa en la tortura y el asesinato de Mosquito, el sólo hombre que no mentiría para enviar Eusebio Canales a su muerte. También Terciopelo asesina el Pelelele sin hesitación, y está deseando para planear el secuestro de una mujer y el pillaje de su casa:
“¡María Santísima si uno se pone que no cabe del gusto cuando se pepena algo o se roba una jallina, que será cuando se birla a una hembre!”
Teriopelo, como un representante del gobierno, es una metáfora por el Presidente él mismo: Sin remordimientos, sin corazón, sin piedad, sin vergüenza.
Me gusta tu comparacion con la obra de Orwell, no habia visto el parallelo. Pienso que da una impresion de opresion cuando leemos el texto.
ReplyDeleteHaha, that's 1984 by Orwell... Big brother was the secret police :)
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